Los días de confinamiento están provocando que usemos la tecnología más de lo que deberíamos. Esto puede llegar a provocar tecnoestrés, que es la incapacidad para gestionar de manera saludable las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

El tecnoestrés puede tiene consecuencias negativas, como la falta de concentración y la disminución del desempeño laboral. Algunos síntomas son irritabilidad, falta de sueño, angustia, cansancio mental y dolor de cabeza y espalda, entre otros.

Puede que en la actualidad muchas personas se estén enfrentando a las tecnologías y eso le esté generando un estrés extra. Por eso, hay que hacer pausas durante el teletrabajo, establecer unas horas específicas para empezar y acabar una tarea y evitar distracciones.

Puede ocurrir que el tecnoestrés derive de la dificultad para utilizar cualquier tecnología. En este sentido, tenemos que saber que el uso de cualquier herramienta conlleva un tiempo de adaptación. No es necesario exigirse más de la cuenta ni tener vergüenza. De forma telemática, siempre se puede pedir ayuda a algún compañero.

Programa descansos a lo largo de la jornada, pero evita la tentación y aléjate de las pantallas. No mires el móvil, sino aprovechar para moverte y hacer cualquier actividad analógica.

Céntrate en una sola tarea. El multitasking o multitarea tiene algunas ventajas si eres capaz de gestionarlo, pero si no, es mejor centrarse en ir acabando las diferentes tareas una detrás de otra.