Aunque estamos obligados a permanecer en casa, se puede salir a hacer la compra, trabajar o pasear al perro. Estas excepciones, no obstante, nos obligan a tomar algunas precauciones para no dejarle la puerta abierta al virus.
Cuando estés fuera, no toques superficies, y si lo tienes que hacer, lávate después bien las manos con agua y jabón o gel hidroalcohólico. Y nunca te toques la cara. Es cierto que se insiste mucho en esto, pero son medidas preventivas bastante eficaces.
Guarda siempre una distancia de seguridad de 1-2 metros con respecto a otras personas. Y si utilizas el coche, límpialo con frecuencia, sobre todo las superficies de mayor contacto (volante, palanca de cambios, freno de mano, salpicadero…).
Una vez que llegues a casa, quítate los zapatos y déjalos cerca de la puerta. Después, lávate las manos (sí, otra vez) y desinfecta las llaves y otros objetos que no necesites y déjalos en una caja cerca de la puerta.
También hay que desinfectar objetos como el móvil y las gafas. Emplea pañuelos de papel desechables y una solución alcohólica o agua y jabón, que es igual de efectivo.
Si has estado en un ambiente cerrado con otras personas de manera continuada, separa la ropa que hayas usado en una bolsa, sin sacudirla. La puedes guardar en la bolsa cerrada hasta la próxima ocasión o lavarla con agua caliente. Después de manipularla, lávate las manos con agua y jabón.