En “El origen de las especies”, Charles Darwin escribe que las especies que sobreviven no son las más fuertes o las más inteligentes, sino las que mejor se adaptan a los cambios. Asumido esto, se puede hacer un paralelismo con las empresas. Las que mejor se adapten a esta situación de crisis por el Covid-19 serán las que podrán superar estas dificultades.
Esto no viene de nuevo. Poniéndonos ahora un poco filosófico, citamos a Zygmunt Bauman. Este antropólogo plantea el concepto de modernidad líquida, que define al mundo cambiante y en constante movimiento en el que vivimos.
De hecho, las empresas que ya operaban bajo esta idea han seguido creciendo aún más en estos momentos de incertidumbre. Un ejemplo son las Fang (Facebook, Amazon, Netflix y Google), macroempresas maleables que han aumentado sus buenos resultados a pesar de las circunstancias.
Las estrategias para plantar cara al futuro cercano son diversas, pero la mayoría de expertos señalan la necesidad de cuidar el cash-flow, eliminar costes que mejoren la productividad, enfocarse hacia los intereses de los clientes o diversificar la actividad
- Diseñar una estrategia ganadora: no es suficiente con diseñar planes para capear la crisis, sino que hay que mirar más allá, pensando en el largo plazo.
- Potenciar el capital humano: en momentos de dificultad, el talento de las personas se convierte en una gran ventaja competitiva.
- Mantener el contacto con los equipos humanos, haciéndoles partícipes de las medidas y planes de acción. Esta es una forma de impulsar la motivación, la cohesión y la identidad.
- Cultivar la resiliencia: trabajar en nuestra capacidad de superar las dificultades es muy importante. Mantener una actitud positiva y tener un espíritu de victoria está relacionado con el buen liderazgo.
El futuro nos pondrá a prueba con nuevos retos, pero con herramientas tan poderosas como las ganas, el talento y la aptitud lograremos superarlos.