Alguna vez seguro que te ha pasado. Estás en la oficina trabajando o en un parque corriendo, te sientes observado, pero lejos de achantarte te vienes arriba y trabajas con más motivación o empiezas a correr más rápido que antes. Y no, no es solo porque seas muy competitivo -que puede ser-, hay una explicación algo más profunda.
Diferentes estudios apuntan que cuando se observa a las personas, rinden mucho mejor. Cuando se tiene a otros cerca, se incrementa la excitación fisiológica y las personas ejecutan tareas sencillas de forma más rápida.
Hay varias explicaciones para este fenómeno. La primera de ellas es que queremos impresionar a los demás. Somo seres sociales con la necesidad de relacionarnos con el resto y mostrar nuestra mejor versión. Basta con echar un vistazo en Instagram para darse cuenta.
Trabajar con otras personas también magnifica nuestra labor. Si estamos solos, nuestros logros se empequeñecen, pero con compañía, sentimos que nuestro esfuerzo es percibido por los demás y eso genera un extra de motivación.
Puede parecer, entonces, que necesitamos de la presencia física de otros para estar motivados, pero no es necesariamente así. Ser observado es tan importante como sentirse observado, y para esto último no hace falta nadie que nos esté mirando.
En esta época de teletrabajo, también es posible estar conectado con los compañeros y dar lo mejor de uno mismo. Para eso, es interesante establecer videoconferencias para conocer cómo van algunos proyectos y responsabilizarse mutuamente.
Hay algunas aplicaciones que permiten aumentar la productividad, como puede ser Trello, que muchos ya conocen en Aperitivos Snack.
También es importante enviar actualizaciones a colegas y a supervisores de los proyectos que tenemos entre manos, además de crear una lista de habilidades y conocimientos que queremos mejorar y compartir estos progresos con ellos.