Esta etapa que vivimos nos ha permitido darnos cuentas de muchas cosas, en nuestro ámbito personal y profesional. En este último, ha servido para revelar la necesidad de digitalizar y automatizar los procesos.

Los sectores con una mayor digitalización han podido seguir creciendo en este periodo de confinamiento, adaptándose a los nuevos hábitos. Pero…¿qué es la transformación digital?

En resumen, porque es un término que tiene bastante profundidad, se trata de adaptar los procesos y estrategias de la empresa o negocio a las nuevas formas de consumo, así como sus procesos internos para poder acogerse a estas nuevas estrategias y formas de trabajo.

La digitalización tiene muchas ventajas. Una de las más importantes es que permite una mejor experiencia para los clientes. La comunicación con ellos es más directa, personalizada y agradable, además de que genera la opción de ofrecer los productos a cualquiera hora y durante los 365 días del año.

Otro beneficio es la mejora de la imagen y de la reputación online, que no siempre es coherente con la offline. Esto atrae a las generaciones más jóvenes, que en la actualidad eligen lo digital frente a otros modelos.

Automatizar y digitalizar los procesos aumenta la productividad. El equipo humano de una organización puede dedicar más tiempo a generar valor, que es más relevante que atender a tareas repetitivas y rutinarias.

Las empresas que están más digitalizadas se adaptan mejor a los cambios. Y el mejor ejemplo de esto es nuestra situación actual. La tecnología se sigue desarrollando día a día y cada vez más el potencial es mayor, facilitando que la adaptación a estos cambios sea mucho más rápida. Así que parece que ya no hay vuelta atrás y estamos ante el salto definitivo.