La proactividad es una cualidad que cualquiera puede tener. Se trata de cambiar de mentalidad, y sobre todo de actitud. Ser proactivo adquiere una gran relevancia en el trabajo en equipo, puesto que permite enfocar mejor los esfuerzos hacia la solución de los problemas.

Una persona proactiva tiene iniciativa propia, aporta valor, hace que su labor valga la pena y gestiona el tiempo de manera inteligente. En cambio, las reactivas tienen dificultades para asumir errores, no generan soluciones a tiempo y tienden a echar la culpa a los demás.

Si quieres pasar de un lado a otro, evita las reacciones impulsivas. En caliente, se suelen tomar decisiones que tienen consecuencias imprevistas. Por otro lado, emplea un lenguaje que abandone las excusas y te ayude a pasar a la acción. 

Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas

Hace más de 30 años,  el experto en liderazgo Stephen Covey escribió el libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, una obra maestra atemporal. En estos tiempos de ayuda solidaria, lectura y de estudio, es una obra recomendada.

  1. Ser proactivo es una decisión consciente que depende de los valores y ganas de afrontar desafíos de cada persona.
  2. Empezar con un fin en la mente es clave. Hay que encontrar un sentido a nuestra labor y comprender el cumplimiento de nuestra misión.
  3. Establecer primero “lo primero”. Es decir, libérate de la tiranía de lo urgente. Administra el tiempo de manera inteligente, invirtiendo más en aquello que da sentido a misión.
  4. Pensar en el ganar – ganar. Desarrolla una mentalidad que piense en el beneficio mutuo, en el bien común y en la equidad. Se trata de eliminar esa noción de que para que gane yo, tiene que perder otro. Eso no es así, podemos ganar los dos.
  5. Primero entender, luego ser entendido. Como seres sociales, tenemos un potente deseo de ser entendidos por los demás. Entonces, primero trata de entender a los demás para conectar con las personas y empatizar con ellas.
  6. Sinergizar. El trabajo en equipo genera mejores ideas que los planteamientos individuales. No tengas miedo de revelar tus ideas y tampoco de enriquecerlas con aportaciones de otras personas.
  7. Afilar la sierra significa reflexionar sobre nuestra evolución, mejora continua y renovación. No es bueno aferrarse a las ideas. Hay que renovarse física y mentalmente, buscando un equilibrio entre todas las partes.

Estos hábitos no son independientes, sino que unos dependen de otros. En ponerlos en práctica todos ellos, y de forma gradual, está la virtud.

¡Querer es poder!